domingo, 20 de marzo de 2011

Preparando al paciente para el cambio de conductas adictivas



Preparando al paciente para el cambio de conductas adictivas.

Domingo 20 de Marzo del 2011, nuevamente volvimos hoy a la Colonia Las Amapas, de Navolato, Sinaloa, México, en el ánimo de dar continuidad al programa del Módulo Social de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Sinaloa, enfocándonos en el Método de la Entrevista Motivacional.

Nuetro interés principal: Proporcionar a nuestras pacientitas, una introducción práctica al qué, cuándo, cómo y porqué de esta teoria, pero dejando de manifiesto frente a ellas, el lado compasivo y humanista de esta terapia realista y llegadora a la conciencia de cualquier persona, en el tratamiento de los problemas de conducta.

Fue fácil observar la necesidad tan grande que tienen alguna personas de hablar y desahogarse, algunas de estas personas visitadas por primera, segunda o tercera vez, y escuchar atentamente sus valiosos comentarios, algunos en medio de un mar de llanto, otros con historias desgarradoras y sus lágrimas implotadas. Pero a la vez qué alentador observar también, la forma cómo se aferran a una esperanza, estas personas visitadas en sus hogares el día de hoy, (quizá última esperanza para ellas). Y se aferran como si nosotros fuesemos su única tabla de salvación: "Por favor ayúdenme, no sé qué hacer", "Son muchos años de sufrimiento, y no encuentro una salida", "No sé cómo ayudar ya a mi marido, él está enfermo", "Me siento tan deprimida, tan triste, tan cansada y no veo pa'cuando se acabe esta desgracia en la que vivimos", "No hay trabajo, y desde que quedé viuda me enfermé del asma", "Voy perdiendo mi vista desde que tengo la Diabetes, me siento desesperada", etc.

Casos y cosas que se viven dentro de cada hogar de la Colonia las Amapas, donde normalmente las familias son numerosas y sólo algunos pocos niños pueden darse la alegría de asistir a la escuela, y otros no, porque sus padres ni siquiera tienen dónde vivir dignamente y mucho muy escasos sus alimentos, la mayoría son inmigrantes, vienen del Sur de México a trabajar en las labores del campo, pero por este tiempo escasea el trabajo, ellos luchan por sobrevivir, luchan contra el hambre, contra la pobreza extrema, contra la enfermedad, contra su propio desaliento, pero con ese gran corazón, fuerza y voluntad para afrontar tan terrible situación, existen muchas probabilidades de salir adelante.

El psicólogo desgraciadamente no está para arreglar el mundo, ni todos los problemas habidos y por haber, pero sí está allí, al pié del cañón para convertirse en un facilitador, en un impulsor, en un promotor del bienestar y la salud. El psicólogo está allí en la comunidad para brindar un apoyo social y humanista. El psicólogo sabe y conoce perfectamente lo que tiene que hacer para enseñar a modificar conductas, y lograr cambios de actitudes. El ser humano es sociable por naturaleza, y no negamos que está expuesto a todas las influencias de su cultura, de su medio, de su entorno, y en situaciones como las que se atraviesan en esta comunidad, no es la excepción.

Entonces, para eso estamos allí, para saber escuchar a quien quiere hablarnos de sus problemas, de sus angustias, de sus congojas, de sus desvelos, de sus enfermedades, tristezas, sueños y quimeras, como en el caso que nos ocupó el día de hoy con una pacientita nueva,(omitimos su nombre por respeto a su persona), que por cierto no era a ella a quien ibamos a visitar, sino a su señor esposo, que padece de una afección en su hígado y últimamente su mayor problema es la depresión. Pudimos darnos cuenta cómo una cosa lleva a la otra. Cómo la enfermedad de una persona, puede llegar a enfermar a otra: Me explico mejor:

Cuando una persona en medio de la labor en el campo, bajo los rayos del sol, empieza a sentirse mal, baja su productividad y la baja cada vez con mayor frecuencia, llegando al grado de que ya se siente incapaz de cumplir con un horario de trabajo normal. Recae cada vez más con dolores más fuertes, ganas de bomitar, sudoración, escalofríos, etc., se regresa a su casa directo a la cama, no tiene para pagar una consulta médica, mucho menos para comprar los medicamentos y espera, espera y vuelve a esperar a que el organismo se recupere por sí solo, pero pasan las semanas, los meses y cada vez se pone peor. Alguno de los hijos se compadece por allá casi al año y lleva a su padre al médico, le detectan un grave problema en el hígado que debe atenderse de emergencia; las cosas se complican dentro del hogar, las quejas por la escasés de todo, el paciente se desespera, grita, patalea, sufre de insomnio, agrede a la pobre esposa que está allí como una verdadera santa para servirlo en todas sus solicitudes, sin horarios ni excusas ni pretextos.

Se le sugirió acudir al programa de "Oportunidades", no tienen dinero para trasladarse a la sindicatura a buscar información. Se le sugiere pedir un seguro popular, no sabían lo que era eso, nadie les había hablado siquiera que existía: El Seguro Popular forma parte del Sistema de Protección Social en Salud (en México), el cual busca otorgar cobertura de servicios de salud, a través de un aseguramiento público y voluntario, para aquellas personas de bajos recursos que no cuentan con empleo o que trabajan por cuenta propia y que no son derechohabientes de ninguna institución de seguridad social.

Los integrantes de las familias afiliadas al Sistema de Protección Social en Salud a través del Seguro Popular tendrán acceso a los servicios médico-quirúrgicos, farmacéuticos y hospitalarios que satisfagan de manera integral las necesidades de salud. Suena muy lindo todo eso para nuestros pacientitos, pero ellos no disponen ni siquiera de papeles, el esposo no recuerda haber tenido nunca una acta de nacimiento, por lo tanto primero hay que acudir a registrarse, hay que sacarla a cómo de lugar, y para ello será menester solicitar el apoyo del abogado y patriarca de los indígenas Lic. Jorge López Hernández, a quien saludamos afectuosamente por este medio porque sabemos que nos lee, y bueno...

El paciente empeora y su carácter también se torna irritable, agresivo, ofensivo. Esta vez no sólo es la esposa la agredida verbalmente, también son los hijos, los nietos, y hasta los amigos y familiares que van a visitarle a su casa. El señor quiere aliviarse, le urge recuperar su salud, no coincibe su enfermedad, no la acepta, no quiere creer que está tan delicado de su salud y realmente se le ve mal, pues empieza a asomarse el color amarillo en sus ojos, síntoma principal de la hepatitis. Los pocos medicamentos que se han podido comprar para él, le saben amargos, ha perdido el gusto para los alimentos, y eso le altera más su estado anímico, vuelve a gruñir, se vuelve violento y repite a cada rato: "Me voy a morir... Me voy a morir" o "Me estoy muriendo, me están dejando morir, no me quieren". Esa es su mayor forma de rebelarse o de reaccionar ante su situación lamentable.

Y bueno, se encontró que en ese hogar, no sólo hay un problema urgente que atender, sino dos, ya que la señora esposa de nuestro paciente enfermo de hepatitis, se le ha encontrado hoy en su hogar con los nervios destrozados, está tensa, estresada, llena de miedos, de dudas, de angustia, de desolación, de desesperación, etc. ¿Qué hacer?, Allí está la labor del psicólogo que requiere poner en práctica las mejores técnicas y métodos aprendidos en el aula, y que quizá vaya a necesitar de mucho apoyo de otros profesionales de salud, como por ejemplo de médicos, enfermeras, químicos, trabajadores sociales, y por supuesto de las redes sociales de ambos pacientes para encontrar la mejor manera de apoyo al aplicar la terapia que mejor les acomode a cada caso, pero que seguramente (y de esto estamos seguros), si logramos ayudar a uno de los dos, ambos saldrían beneficiados, ya que una situación conlleva a la otra. ¿Se dieron cuenta cómo un enfermo de diabetes, de leucemia, de hepatitis o de lo que sea... puede llegar a afectar a otros que no lo estaban? tristemente interesante, pero cierto, y de esto nadie puede hablarnos con tanta crudeza, como quien ya lo ha experimentado y vivido, eso es todo.

Hasta el próximo fin de semana amigos,

Doral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario