domingo, 13 de marzo de 2011

Fin de materia Psicoterapia II



Fin de materia Psicoterapia II
Fenomenología, Existencialismo y Pensamiento Oriental
en la Terapia Gestalt.

(Autor: Silvia Fleming Crocker)
(Interlocutor: Peter Philippson)

Sylvia Fleming Crocker es terapeuta de la Gestalt, formadora, consultora y escritora. Después de muchos años de ejercer como profesora de filosofía, estudió terapia Gestalt con Erving y Miriam Potster y, posteriormente, en el Instituto Gestalt de Los Ángeles, después de obtener un título adicional como orientadora. Su libro A Well-Lived Life:l Essays in Gestlt Therapy (1999)

Tiene amplia difusión al igual que el resto de sus artículos sobre terapia Gestalt publicados en diferentes revistas. Ejerce su práctica como terapeuta familiar y de pareja en Laramie, Wyoming. Se le reconoce por su habilidad para llevar a cabo talleres experienciales. Su estilo de enseñanza combina elementos de psicodrama, trabajo de sueños y espiritualidad.

Peter Phillippson es reconocido por su colaboración en muchas publicaciones de Gestalt. Es conferencista y autor de libro Self in Relatión (2001) y coautor de Gestalt: Working With Groups (1992). Es cofundador del Centro Gestalt de Manchester, del Reino Unido, miembro del Instituto de Terapia Gestalt de Nueva York y miembro de la Red Internacional de Terapia Gestalt.

Gestalt: Un enfoque holístico:
Son muchos los hilos que se entretejen para dar forma a la teoría de la terapia Gestalt y sus métodos. Entre ellos, los más importantes son: El psicoanálisis de Freud, Horney; Rank y Reich; el holismo de Gokdstein y de los psicólogos de la Gestalt; el desarrollo humanista de Lewin de la teoría de campo, el enfoque experimental y de solución de problemas de los pragmáticos Dewey y James; la filosofía de Aristóteles y Kant; la fenomenología de Husserl; el existencialismo de Heidegger, Kierkegaard, Tillich y Buber; y otras muchas contribuciones de la filosofía y de la religión china como el taoismo y el budismo zen.

En teoría, la terapia Gestalt es un ejemplo del paradigma aristotélico que centra su atención en individuos concretos y específicos, los sitúa en su entorno e intenta comprender la naturaleza del cambio y el proceso que sufren las cosas, en especial los seres vivos- para convertirse en lo que son y comportarse en la forma en que lo hacen. Este es un enfoque que contrasta con el paradigma platónico más común que se enfoca en las esencias universales inmutables e imperfectas del mundo cambiante.

Paul Goodman y Laura Perls conformaron la “fuente de poder” intelectual para el desarrollo de la teoría de la terapia Gestalt. La elaboración teórica de Goodman de la terapia Gestalt en perls, Hefferline y Goodman, de 1951) (al cual nos hemos referido como Gestalt Therapy) muestra claramente la profunda influencia que recibió del paradigma aristotélico (Crocker, 1999). El punto de partida de la terapia Gestalt –el campo organismo/ambiente- tiene su origen en las consideraciones de campo de la física, e el enfoque biológico de los pragmáticos James y Dewey, así como en el interés de Goodman por los escritos éticos y biológicos de Aristóteles.

La influencia de la Fenomenología y el Existencialismo:
La fenomenología de Husserl (Spinelli, 1989) trata más de asuntos epistemológicos que de los problemas de la vida cotidiana. Husserl parte de la posición de Kant y Brentano de que es imposible conocer la realidad tal como es más allá de nuestras percepciones y entendimientos propios de la misma.

Lo único que podemos conocer son las apariencias de las cosas porque estamos condenados a permanecer siempre dentro de los límites de nuestra peculiar forma humana de aprehender. Sin embargo, los seres humanos no pueden tolerar el sin sentido e, invariablemente significan todas sus experiencias sin importar si el significado refleja o no con precisión el mundo que “está ahí afuera” o sólo las apariencias. Aunque los seres humanos pertenezcan a la misma especie y puedan experimentar lo que se les revela en formas parecidas, cada persona tiene su propia percepción e interpretación del mundo compartido.

Los elementos interpretativos idiosincrásicos se imponen de manera rutinaria sobre los datos que surgen de la experiencia.

Husserl desarrolló el método fenomenológico para separar las variables experienciales que se mantienen estables de aquellos elementos interpretativos que se imponen sobre los datos experienciales (Spinelli, 1989). Los fenómenos muestran regularidades que aparecen en combinaciones y secuencias repetidas. Estas se pueden describir y se pueden construir modelos intelectuales que las explican y que, algunas veces, permiten hacer predicciones y consecuentemente controlar.

El conocimiento científico se encarga solamente de las regularidades que aparecen en los fenómenos y de los modelos intelectuales que intentan explicar estas regularidades.

Es imposible trascender nuestras propias formas de entendimiento y comparar las apariencias (fenómenos) con las cosas que existen en sí mismas. Los científicos e investigadores modernos usan el método fenomenológico a medida que “operativizan” sus teorías al describir procedimientos de verificación en términos experienciales de tal forma que sus resultados puedan replicarse por otros investigadores.

Existen tres reglas que operan durante el proceso fenomenológico:
La primera y la más importante para la terapia Gestalt, es la regla de la epoché; poner entre paréntesis cualquier verdad o falsedad de todas las interpretaciones posibles de la realidad.

La segunda es la regla de descripción; proporcionar una descripción desapasionada de las impresiones inmediatas y concretas de los sucesos en lugar de interpretados, es decir, “describir” en lugar de “interpretar”

La tercera es la regla de la horizontalidad o igualdad; evitar las jerarquías y no suponer que un elemento es más importante que otro. Si separamos la experiencia de las interpretaciones (en la media de lo posible), y consideramos con detalle las descripciones de una experiencia determinada podemos sopesar la evidencia y formular una serie de hipótesis que, a su vez, nos permitirán corroborar las hipótesis que mejor expliquen la información. El estricto apego a este modelo permite que las descripciones de la experiencia sean más próximas a la experiencia misma; de esta forma tendremos “experiencias próximas” en oposición a las “experiencias lejanas” o especulativas que surgen de las interpretaciones.

Si permanecemos abiertos a la experiencia de esta forma también nos volvemos flexibles desde el punto de vista teórico: somos capaces de reconocer la validez transitoria de los constructos teóricos, es decir, que ratificamos su validez en la medida en que describen de forma completa y consistente los hechos tal y como aparecen.

En la terapia Gestalt este método sufre una transformación y se convierte en un fructífero método terapéutico. Para Husserl, el objetivo de la fenomenología es el conocimiento, mientras que para la fenomenología de la Gestalt es la aplicación práctica: Los procesos de curación y crecimiento de personas concretas, de grupos y de instituciones.

El estilo y la receptividad del terapeuta son evidencia de que el terapeuta recibe las revelaciones del paciente sobre su propia verdad y sobre su manera particular de ser. El requerimiento “descriptivo” de la fenomenología de Husserl toma, por lo tanto, la siguiente forma: El terapeuta atiende la forma en que se revela cada paciente en particular a través de las palabra que elige para expresarse, de su lenguaje corporal, de los cambios en el tono de voz, en cómo se manifiestan sus reacciones emocionales sobre lo que está diciendo, etc.

En respuesta a lo que el paciente revela, el terapeuta sugiere algunos posibles experimentos y exploraciones que pueden ayudar a ampliar ciertos aspectos de alguna situación, diversificar las perspectivas y aclarar las conexiones que tienen con otras partes de la experiencia del paciente.

El principio fenomenológico de la epoché –poner en paréntesis los elementos interpretativos junto con las cuestiones de verdad o falsedad- es el principio más importante de los tres antes mencionado, tanto en la fenomenología como en la terapia Gestatl. Sin embargo, dentro del contexto de la Gestalt el significado es muy distinto, es especial con relación a las cuestiones de verdad o falsedad. La preocupación del terapeuta gestáltico no es saber si el paciente dice la verdad a medida que relata su historia sino comprender los significados que da a las personas y a los acontecimientos de su vida. La tarea terapéutica es, en parte, una tarea hermenéutica.

La hermenéutica es un método de interpretación a través del cual se comprende algo sobre la base de sus propios términos, es decir, sin significados importados o impuestos. El proceso de la hermenéutica en la terapia Gestalt consiste en descubrir los significados que el paciente ha dado a las situaciones y a las personas en su experiencia en particular y localizar el impacto de estos significados para reconocer cómo los ha vivido a través del tiempo y de las circunstancias.

El método fenomenológico en la terapia Gestalt es un proceso que busca descubrir cómo las creencias del paciente y la comprensión de su entorno le ayudan a organizar su experiencia, y el papel que juegan para formar la base de sus respuestas cognitivas, emocionales y conductuales.

Estos aspectos se vuelven más claros a medida que el paciente desarrolla su capacidad de darse cuenta en el proceso terapéutico. Conforme experimenta y explora los aspectos de su vida que parecían fijos (aunque en la realidad eran intrínsecamente dinámicos y cambiantes), su organización interna empieza a “aflojarse”, se libera y comienza a fluir, el paciente reconsidera sus creencias y, como consecuencia, intenta nuevos comportamientos y se hace posible el cambio saludable.

En la terapia, por ejemplo no se preocupa si la figura paterna de un paciente es sólo una imagen internalizada o s se ha convertido en una persona diferente o si el padre sigue siendo el mismo. Lo que importa es cómo la percepción y el entendimiento de ese “padre” afecta la vida del paciente, independientemente de cómo sea el padre en realidad.

El principio fenomenológico de “horizontalidad” o “igualdad” resulta más problemático de emplear. Como hemos visto anteriormente, en la fenomenología de Husserl toda la información observable tiene el mismo grado de importancia, pero aunque esto pudiera ser posible en el ámbito del conocimiento científico, no es posible ni deseable dentro del proceso terapéutico. Si el terapeuta leda la misma importancia a todos los aspectos de las revelaciones del paciente (ya sean verbales o no verbales) y no discrimina entre ellos, entonces no será incapaz de entender lo que sucede con el paciente, o de intervenir adecuadamente.

Por lo tanto, aunque un terapeuta de la Gestalt adopte el principio de horizontalidad tiene que darle un giro más adecuado a la terapia.

El terapeuta de la Gestalt participa en el encuentro terapéutico con un cúmulo de elementos, experiencias y habilidades personales y profesionales que influyen sobre las respuestas del paciente.

El terapeuta pone atención en algunos aspectos que son más importantes que otros; en algunos casos, por ejemplo, decide explorar la manera concreta en que el paciente está expresando su historia y permitir que ésta se convierta en el tema de la terapia. Algunos fenomenólogos requieren evaluaciones preliminares que pueden revisarse, enriquecerse o descartarse dependiendo de la consideración del terapeuta y según su experiencia con el paciente. Durante el curso de la terapia, el terapeuta se da cuenta que la teoría aparece como una especie de “hilo conductor” que permite formular hipótesis de trabajo. El terapeuta trata con cautela estas reflexiones, corazonadas, hipótesis y significados que surgen de las exploraciones y los experimentos. No se adhieren a ningún pensamiento ni determina diagnósticos, procedimientos o agendas específicas. El terapeuta evalúa constantemente al paciente a medida que éste se revela con mayor profundidad.

A diferencia del fenomenólogo husserliano, el terapeuta Gestalt trabaja con el paciente en términos de utilidad y no de verdades absolutas. Todas las acciones están encaminadas a ayudarlo a descubrir la propia y única verdad sobre su vida y que aclare, poco a poco, cómo quiere expresarla de aquí en adelante. Puesto que el objetivo primordial del proceso terapéutico es la curación y el crecimiento, y no la verdad epistemológica, es legítimo desde el punto de vista fenomenológico utilizar cualquier pensamiento, albergar cualquier corazonada o hipótesis o sugerir una variedad de experimentos y exploraciones para “separar” lo funcional de lo disfuncional, lo saludable de lo destructivo, lo auténtico de lo inauténtico de la forma de vivir del paciente.

La transformación de la fenomenología husserliana en el método fenomenológico gestáltico se logró, en parte, gracias a la influencia de la versión existencialista de la fenomenología de Heidegger (1949) así como la afirmación de Buber (1923-1958) de la preponderancia del Yo-Tú en el encuentro con el “otro” y la vida del diálogo. Para Kierkergaard (1954) la fe entre Dios y el individuo, y la excepcionalidad de la verdad auténtica de cada uno, jugó un papel importante en las ideas de estos pensadores.

Laura Perls estudió filosofía con el teólogo y filósofo protestante Paul Tillich (Store, 1994), y conoció con detalle el trabajo de Husserl, Heidegger, Kierkegaard y Buber. Goodman, por su parte, tuvo contacto con estos pensadores a través de su relación con Laura y de su propia dedicación y estudio. Fritz Perls, a su vez conoció el trabajo de Husserl a través de Laura y de Goodman, pero no por el estudio directo de obra.

Influencia del Taoísmo y del Budismo Zen
Autorregulación organísmica:
La teoría y la práctica de la terapia Gestalt son, al mismo tiempo, un modelo biológico y educativo. Consideramos al ser humano como un organismo que forma parte de la naturaleza y que vive dentro de los ciclos naturales del contacto y retiro. Los seres humanos, al igual que todos los organismos naturales, se regulan a sí mismos dentro de las circunstancias cambiantes del ambiente (ya sean internas o externas). La tendencia natural frente a este cambio es la adaptación y la restitución del equilibrio organísmico korganismo/ambiente.

En otras palabras, el organismo se regula a sí mismo de tal forma que puede alcanzar la medida que le corresponde con sus respectivas capacidades que, a su vez, le permiten funcionar acorde a la madurez de otros miembros de su especie. El concepto de autorregulación organísmica lo desarrollaron los autores de Gestalt Therapy para expresar el proceso de adaptación natural del organismo.

Dentro de este marco teórico el terapeuta gestalt considera que el paciente posee en sí mismo los principios del funcionamiento sano, aunque en algunas ocasiones sus experiencias muestren lo contrario y hayan interferido o distorsionado el funcionamiento de estos principios. Por lo tanto, la tarea del terapeuta es facilitar al paciente la recuperación de las formas más sanas de vida guiadas por principios naturales. En contraste con el psicoanalista, el terapeuta Gestalt no necesita ser una “fuente de sabiduría” o “proporcionar al paciente” las interpretaciones correctas de su propia experiencia.

En efecto, el trabajo terapéutico no es esencialmente cognitivo –aunque se requiere de cognición- sino experiencial y trasformador del darse cuenta y de los patrones de comportamiento. Así como los patrones disfuncionales de la vida del paciente involucran a la persona en su totalidad (mente, sentimientos, deseos, cuerpo, hábitos y patrones de comportamiento que experimenta en su relación con otros) de la misma forma los procesos que conducen a la salud y al crecimiento integran a la persona en su totalidad en las distintas dimensiones de la vida. El trabajo del terapeuta es, por lo tanto, un trabajo holístico.

Goodman contribuyó a la creación de Gestalt Therapy con su propia síntesis de los escritos éticos y biológicos de Aristóteles, de las inclinaciones biológicas y de solución de problemas de los pragmáticos Dewey y James, y también con una cantidad considerable de principios filosóficos taoístas. Goodman, como muchos intelectuales de su tiempo, estaba familiarizado con las ideas taoístas del “fluir con la naturaleza”, mismas que plasmó en su libro “Kafka’sPrayer (1947), en el que analizó algunas obras de Kafka alaluzdelos principios taoístas.

Unos años más tarde, en los inicios del Instituto de Nueva York, uno de los cursos impartidos por Goodman incluía el Librodel Tho (Lao Tzu, 1963) como uno de los textos de estudio (Store, 1994).

Uno de los temas centrales del libro del tao es la afirmación de que la persona sabía y virtuosa aprende las formas de la naturaleza y vive en consonancia con ellas. Esta creencia, fundamental en el pensamiento de Goodman, se hizo evidente en uno de sus dichos favoritos: natura sanat non medicus (Goodman, 1977B). Por consiguiente, la tarea del terapeuta Gestalt consiste en comprometer al paciente con formas que favorezcan el proceso natural de curación y crecimiento. Perls y colaboradores (1951) son claros y específicos al explicar cómo este enfoque ayuda al paciente “a observar en acción -a observar, en última instancia, su Self como acción- lo cual requiere de técnicas muy distintas de aquellas ya probadas como la introspección (p.3). A diferencia de otros enfoques cognitivos.

Y bien; pues vamos a dejarlo hasta aquí, ya que volvimos a extendernos, pero ha valido la pena, aunque señores, ésto solamente es una pequeña muestra de lo que en sí; es el enfoque gestaltista como pilar fuerte en la psicoterapia. Ojalá surjan algunas inquietudes y nos escriban, con mucho gusto estamos pendientes de vuestras opiniones, solicitudes y por siempre agradecidos con su amable presencia y tolerancia, cerramos esta materia muy fortalecidos y en verdad mucho muy motivados con el toque final que el Dr. Javier Yáñez Saucedo puso en el énfasis del cierre: "Sigan adelante muchachos, sin importar dar dos o tres pasos atrás para tomar impulso, es válido ¿Porqué no? ¿Quién dijo o dónde está escrito que esté prohibido?

Mil gracias de todo corazón Doctor y Maestro, que la luz de la sabiduría, sea la fuerza que por siempre nos acompañe a todos, como el mejor y más grande legado que usted nos deja.

Salud, Paz, Amor y Libertad por siempre en las ciencia humanista.

Doral.
(Impulsora del Grupo 31)


No hay comentarios:

Publicar un comentario