sábado, 25 de septiembre de 2010

Honor a quien honor merece.



LA VIDA LE DA UNA NUEVA OPORTUNIDAD.

Hace 13 años, un accidente automovilístico, paralizó ambas piernas de nuestro compañero Rigoberto Delgado Zavala, obligándolo a depender de una silla de ruedas. El suceso que quizá pudiera ser una limitante para muchas personas, para "Rigo" (Así le llamamos de cariño), fue una oportunidad para revalorar su vida y tener un nuevo comienzo.

"No ha sido fácil nada en el proceso de recuperación, pero hemos salido adelante, y puedo decir realmente, que con todo lo que he vivido, experiencias bonitas y no tan bonitas, me han enseñado a madurar, y estoy agradecido con la vida por dejarame vivir" -dice-

Quien recibió el Premio Coltzin en la categoría Personas con Capacidades Diferentes, menciona que la discapacidad física no es un pretexto para no lograr objetivos, y en su caso ha sido un prendizaje constante, desde tener que aprender a abrocharse los zapatos de una forma distinta, a ponerse la ropa, y superar todos los retos que hay al salir de casa.

"Ahora de este lado de discapacitado, he tenido la oportunidad de volver a estudiar, estoy en cuarto año de psicología, en el programa semiescolarizado y doy clases de español teórico y práctico a amigos extranjeros por internet", -añade-

"Me dedico a hacer talleres sobre sensibilización y prevención en comunidades de Culiacán, Navolato, Villa Juárez, sobre la inclusión de niños con discapacidades a escuelas regulares y la calidad de vida para personas con discapacidad" -señala-

Rigoberto también forma parte del programa "Prójimo" en Coyotitán, San Ignacio, donde también comparte su experiencia, para que otros aprendan de ella.

"Uno aprende muchas veces de la vida a golpes, y este fue un muy buen golpe que ya no tengo ganas de recibir otro, pero que me ha ayudado mucho a valorar mucho más las cosas, y ayudar a otros desde esta perspectiva" -dice-

"Si te aceptas como discapacitado, vas a empezar una vida diferente, y es el comienzo pero también hay otros problemas, porque cuando intentas reintegrarte a la sociedad te encuentras con muchas barreras, no precisamente arquitectónicas, incluso de discriminación, falta de oportunidades laborales y yo quiero contribuir a cambiar un poco eso desde mi posición" -asevera-

La historia cambió para Rigo, a los 24 años, en Tijuana, cuando en compañía de unos amigos, todos en estado de ebriedad, incluyendo al que conducía, se volcaron en un auto. A él, el accidente le provocó una lesión medular que lo dejó inmovilizado del cuello hacia abajo, y con rehabilitación e intervenciones quirúrgicas recuperó la movilidad de las manos. Hoy, comparte su historia con otros, buscando que no se repita.
Texto: Roxana Vivanco
Diseño y Fotos: Doral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario