sábado, 11 de septiembre de 2010

¿Qué es la pulsión, según el psicoanálisis?



¿Qué es la pulsión, según el psicoanálisis?


Hoy les traigo un concepto bastante difícil de asimilar cuando se está estudiando por primera vez a Freud. Para llegar a entenderlo, muchas veces debemos realizar muchas lecturas, para adentrarse en la profundidad de lo que implica el concepto de pulsión en la teoría psicoanalítica.

Tal vez asimilar el concepto de pulsión, sea la parte más árida, pero que cuando se aborda los casos clínicos, se hace más esclarecedor. Con el concepto de pulsión, citado por Freud por primera vez en el texto sobre el caso Schreber, introduce la diferencia entre lo instintivo, propio del mundo animal, de lo pulsional, propio del hombre. En el texto citado, Freud define a la pulsión como un concepto fronterizo de lo somático respecto a lo anímico y como el “representante psíquico de poderes orgánicos”.

En Tres Ensayos para una Teoría Sexual (1905), en uno de los prólogos agregado en 1914, la define como la “agencia representante psíquica de una fuente de estímulos intrasomática”. Antes de esta novedad de Freud, se tenía la idea de que el hombre era esclavo de sus instintos, al igual que los animales, y que a la merced de sus instintos, el hombre se comportaba como un ser irracional. Es decir, lo instintual era la parte irracional del hombre.

También se partía de la idea, de que el hombre era capaz de controlar esa fuerza irracional o escapar a dicha fuerza. Como en algunos dichos populares "domar el burro". La pulsión para Freud, es una fuerza constante que actúa todo el tiempo. Por lo tanto, parte desde el interior del organismo, la fuga es ineficaz para su supresión. En Pulsiones y sus destinos (1914), Freud nos dice que, las pulsiones se encuentran “compuestas” de: Una fuente, que es la zona del cuerpo desde donde brota la pulsión (boca, ano).

Un empuje: que es la magnitud de excitación puesta en juego por el movimiento pulsional, su “carga”. Un objeto: que es aquello hacia donde se dirige el movimiento pulsional y que tiene un carácter extremadamente variable. Un fin: constituido por la satisfacción, que siempre se realiza y que sucede en la propia fuente, en un movimiento de retorno. Repartidas en una serie de zonas erógenas, las pulsiones recorren, por una exigencia de trabajo para la vida psíquica , un trayecto que, desplazándose en torno al objeto, alcanzan, finalmente, la satisfacción parcial, en la misma fuente.

Entonces, los componentes esenciales de la pulsión, fuente, exigencia de trabajo, objeto, fin, nos lleva a hacer una diferencia con el concepto de instinto: la pulsión no posee un objeto predeterminado por la naturaleza, sino que este es cambiante y esto nos permite hablar de los destinos de la pulsión.

Su finalidad es la sastifacción, mientras que el instinto sirve a alguna finalidad útil para la supervivencia o reproducción de la especie. Por lo tanto, podemos decir que, la cualidad de la pulsión es la de poder cambiar de fin y objeto psicológicamente, por no estar determinada de forma innata, sino gozar de una pasticidad e indeterminación que le posibilitarán una estructuración humana que la haga capaz de alcanzar la meta real, pero corriendo, al mismo tiempo, el riesgo de posibles fijaciones o desviaciones.

En el ámbito de la psicopatología es la prueba más fiel de que, este empuje pulsional en búsqueda de la satisfacción, puede entrar en contradicción con el placer o el bien del individuo, incluso hasta el punto de comprometer su existencia. Los ejemplos de esta verdad freudiana, es la anorexia o las toxicomanías.

Como complemento, podemos agregar la Teoría del Estadío del Espejo, del Dr. Jacques Lacan (1936), la cual nos muestra que el niño es agresivo a partir de que se vé reflejado en el otro, es decir, por ejemplo: Cuando un niño se refleja en un espejo y la imagen que éste le devuelve es fuerte, el chico se siente desguanzado, no controla sus esfínteres, o reacciona con agresión. Allí se hace presente la pulsión que tiene que ser descargada. La pulsión se alimenta con lo nuevo, si no recibe algo nuevo le genera histeria, la irritación, el coraje, el cual siempre es transgresor y conduce a malestares sociales.

Cada pulsión se forma a través de los deseos, a través de los fantasmas mentales, a través de los actos, se alimenta por el placer, no le gusta sustraerse de nada. Y si éste se regula por el placer, de allí mismo sale el deseo por lo nuevo.

La pulsión reprimida es como una bomba de tiempo, veamos: ¿De dónde viene la crueldad, o la conducta agresiva?, de la pulsión no subliminada. Entonces la pulsión alimenta la agresión, desbarata las entrañas del otro, y ¿Cómo sacar esa pulsión no sublimada? encausando lo que hacemos. Al niño por ejemplo, se le debe organizar su tiempo con deporte, con pintura, con arte, lectura, escritura, o con alguna otra actividad, donde éste se exprese plenamente, evitando así, que ese niño crezca reprimido, es un gran error mantener al niño maniatado, prohibiéndole hacer ésto o lo otro, callándolo, limitándolo, encerrándolo, es así como se van incorporando sus tensiones de insatisfacciones, entonces a mayor represión, mayor pulsión acumulada y más riesgo de que el niño genere agresión, es por eso que dice Freud que la agresividad se constituye a través de los ímpetus.

¿Se han dado cuenta cómo los niños agarran del pelo a la madre o al hermanito o hermanita que se le acerca?, Lo agarra tan fuerte con sus manitas, que por más que lo jalen, no lo pueden soltar, allí está expresándose una pulsión, y es una manera que el niño tiene de expresar alguna insatisfacción. Lo mismo sucede cuando éste golpea, patea, grita o llora... es su forma de descargar sus pulsiones, ¿Pero qué hacemos los adultos ante esa actitud?, callamos al niño, lo reprendemos, lo castigamos, lo amenazamos, : "Suéltame o te voy a pegar", y hasta levantamos la mano en señal autoritaria, y por supuesto, al niño no le agrada que lo regañen ni lo amenacen y lo hace peor.

Entonces, que quede claro que la agresión es derivada de una pulsión (es instantánea, y mecánica, no se piensa, no se registra psíquicamente), y la agresividad es algo más derivado de lo social. Sin embargo cada conducta agresiva, lleva inmerso un trasfondo de intencionalidad, no sucede así por que sí nada más, no pasa nomás por pasar, lo hace sin pensar sí; no se mide para nada, pero se fragua desde el inconciente y el inconciente se maneja fuera del tiempo, a eso se le llama: Conducta refleja instintiva, y si queremos saber más sobre este aspecto, nada mejor que leer al Dr. Konrad Lorenz, en su libro "Agresividad instintiva en nosotros". El Dr. Lorenz asegura que a la agresividad instintiva se le encuentra en todos los animales, incluyendo al hombre... ¡Ups!

Y bueno amigo lector... ¡Sáca tu pulsión, pero con resonsabilidad, cuida tu decisión!. Eso es todo, hasta la próxima y si deseas opinar sobre el tema o tienes algo más que compartir, no dudes en escribirnos.

Trabajo realizado por: Sonia y Marité, de Psicología en Red http://psicologo-online.blogspot.com/2008/04/el-concepto-de-pulsin-segn-freud.html
Adaptación y complementación por: Doral,
http://psicuasgrupo31semies.blogspot.com/

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