sábado, 10 de septiembre de 2011

Tercera clase, Módulo Clínico



Tercera clase, Módulo Clínico.


Hoy sábado 09 de Septiembre a las 8:00 puntualmente como siempre, inicia tercera clase del módulo clínico dentro del aula, rememorándose la clase anterior para dar entretejer continuidades del programa y no perdernos ni un gramito de todo lo visto y compartido en el salón de clases.

En este marco, la Ventana de Yohari se sigue haciendo presente para enfocar habilidades del famoso "Yo estoy bien, tú estás bien", pero también asomarnos de manera integral a los cuatro cuadrantes y detenernos un poquito en lo que sería la parte no tan visible de la humana personalidad.

1.- La parte social, o yo abierto, lo que yo sé de mí y los demás saben de mí.
2.- La parte oculta, lo que yo sé de mí, pero los demás no saben de mí.
3.- La parte ciega, lo que yo no sé de mí, lo que los de más saben de mí.
4.- La parte desconocida, lo que yo no se de mí, lo que los demás no saben de mí.

En el proceso terapéutico no sólo es importante la búsqueda de información o indicadores visibles sino también invisibles que pueden encontrarse mediante la observación directa, de lo que el paciente me está proyectando con su verbo, gestos, posición corporal, ademanes, e incluso hasta con su movimientos efectuados al hablar; al ver, ala respirar, al externar en fín, su motivo de consulta.

Pero hay casos en que el paciente no está dispuesto a externar totalmente el problema que lo llevó al consultorio terapéutico, empieza a hablar superficialmente de lo que le pasó, o de lo que le aqueja, y en ese sentido, el terapeuta no tiene ninguna necesidad ni debe forzar al paciente a hablar más de lo que él quiera hablar.

El proceso de quitarse las máscaras, o de "desnudar su alma" es un tanto difícil, para el paciente, como nos explica el Dr. Carl R. Rogers en su libro "El proceso de convertirse en persona". El terapeuta debe ser muy hábil para manejar esas máscaras que el mismo paciente se va quitando, para quedarse digamos,... al desnudo.

El asunto del desnudo, o del desnudarse psicológicamente implica algo delicado, ya no habrá barreras, ya no habrá máscaras, y ahora la pregunta es: ¿Qué es lo que piensas hacer ahora? ¿Qué impacto tendrá para tu entorno, el que te hayas decidido a quitarte tus máscaras?. Para este aspecto, convendría leernos un libro titulado: "Con...tacto, y Con...ciencia". Este libro sienta las bases para humanizar la investigación, fue escrito por el Dr. Otoniel Bueno Araujo, quien fue alumno del Dr. Celedonio Castanedo, origen de la investigación humanística de Iberoamérica.

En dicho libro, el autor cita a otros autores, tales como a Zinker y al mismo Dr. Castanedo cuando nos hablan del Ciclo de la Experiencia: "En los seres humanos se opera un ciclo psicofisiológico relacionado con la satisfacción de necesidades (nos dice Castanedo y Zinker). Esto quiere decir que si la persona tiene conciencia de lo que sucede en su interior y hace algo al respecto, se sentirá mejor consigo misma. A este ciclo se ha denominado "de la experiencia o del contacto". Dicho ciclo empieza con la sensación, conciencia figura, movilización de energía, acción, contacto y retirada"

Entonces (volviendo al tema), cuando una persona se desnuda, o se quita sus máscaras, no quiere decir que se apartará de su entorno, por el contrario. La relación entre el individuo y el entorno se consolidará física, psicológica y socioculturalmente. Es un campo de interacción dinámico que si bien, antes solía darse
posiblemente con más dificultades de asimilación para la persona, ahora no, porque que ya sabe lo que quiere y hacia dónde desea mover su energía o desplazar la dirección de su vida.

Y bueno, como es normal, cuando una persona cambia, todo le cambia a su alrededor. Toda experiencia puede tener elementos asimilables y no asimilables, esto va a depender de los recursos y estructuras que posea el individuo para lograr asimilar/incorporar los elementos nuevos del campo. Entre más recursos posea la persona, tiene más posibilidades de incorporar o asimilar su entorno.

Posteriormente se realizó un ejercicio dinámico en el grupo, que se acomodó por parejas para trabajar allí mismo en sus pupitres, mirándose ambos frente a frente. Una persona sería la persona "A" y la otra, la persona "B". En primera instancia el ejercicio se trataba de que la persona "A", tenía que comentar con la persona "B" un suceso importante de su vida, mientras "B", tenía la consigna de hacer todo lo que un terapeuta "NO DEBE HACER" durante su intervención, mientras escucha a su supuesto interlocutor.

La práctica resultó muy enriquecedora al darnos cuenta que la persona "A" estaba hable y hable y la persona "B", la ignoraba, bostezaba, la interrumpía, se reía, se volteaba para otro lado, etc... o sea... "No le estaba prestando atención para nada" ni mostraba el menor interés por lo que el otro le estaba comentando, y quien experimenta esa sensación... ¡Ay!, ¡qué feo se siente!, pero lo bueno es que en la segunda parte del ejercicio se invirtieron los papeles, pues la persona "B" era quien ahora tenía que hablar y la persona "A" tenía que hacer todo lo contrario, es decir, devolverle con su misma moneda la actuación, jaja. ¡Qué interesante! y una práctica manera de aprender desde el aula y en plena formación del futuro terapeuta, la ética profesional que se requiere para adquirir las bases sólidas para ejercer una buena intervención terapéutica y no olvidar que su paciente merece todo el respeto y la consideración del mundo.

Se desglosó posteriormente en clase; todos y cada uno de los factores que se deben evitar mientras el terapeuta interviene, éstos factores son:

LO QUE DEBEMOS EVITAR:

1.- Decir cosas que el cliente no ha dicho.
2.- Distraernos con el teléfono,
3.- Leer un libro mientras consulta,
4.- Reírse a carcajadas, mientras el cliente expone su problema.
6.- Interrumpir,
7.- Gritarle al cliente,
8.- Darle consejos irónicamente,
9.- No decir nada al respecto del problema,
10.- Reírse solo,
11.- No saber qué preguntar,
12.- Distraerse viendo hacia afuera,
13.- Preguntar repetitivamente y no quedarle claro,
14.- No responder a las preguntas del cliente,
15.- Invertir el rol de terapeuta... entre otras.

Es importante para la búsqueda de información en un proceso terapéutico, en primer lugar la atención física: Atender la postura corporal adoptada por el cliente, el espejeo, su respiración y no perder el contacto visual. Atender además el área psicológica con: Observación directa, calibración, escucha activa y un interés genuino en lo que el cliente nos está expresando. Es importante observar qué cosas está transmitiendo con su posición corporal; ¿acaso alguna sensación?, ¿o emoción?, ¿o sentimiento?, ¿o pensamiento?, ¿o quizá su identidad?.

Hay qué ver qué es lo que nos expresa con sus ademanes, e incluso hasta con el movimiento de la bola de los ojos, como se dice coloquialmente. Lo importante es darnos cuenta pues, qué es lo que nos expresa el cliente sin palabras, para echar mano de las herramientas que tenemos a la mano para ayudarlo a hacer conciencia de lo que nos está diciendo. Estas herramientas pueden ser: El espejeo, la confrontación, el señalamiento, la pregunta, etc. todo depende de las habilidades que como terapeutas tengamos o desarrollemos, lo más importante pues, es situar al cliente, ¿dónde sitúo el motivo de la consulta?

En fin, el resto de la clase fue muy ameno y divertido con las opiniones y varias experiencias compartidas de la mayoría de nuestros compañeros de clase, al dejarnos el maestro un margen para hablar ampliamente sobre todos y cada uno de estos elementos que se deben atender en psicoterapia. Mañana domingo continuaremos...

Con mis respetos,
Doral.

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