domingo, 15 de abril de 2012

Clase Aula, Módulo Clínico, (Supervisión de Casos)

Clase Aula, Módulo Clínico, (Supervisión de Casos)


Hoy domingo 15 de abril del 2012, en punto de las 8:00 a.m. inició la clase con la típica toma de lista de asistencia, para inmediatamente después abocarnos a la supervisión de casos.

Como se explicó ayer, los alumnos del grupo 31 que están realizando sus prácticas profesionales, van (algunos) ya muy avanzados en este ejercicio, y como parte de la estrategia de aprendizaje dentro del aula, se nos animó para compartir voluntariamente nuestros casos que estamos atendiendo con nuestros pacientes. Algunos aún están en proceso de intervención, otros quizá sólo fueron entrevistas iniciales, otros tal vez se ha tratado de una o dos sesiones terapéuticas, las cuales han sido suficientes para que el paciente ordene sus ideas y bueno, qué bueno que sea así, pero no todos los casos corren con la misma suerte, por ejemplo hoy se abordaron algunos casos en particular, difíciles por su estructura de presentación, veamos el primer caso que se revisó fue el siguiente:

Se trata del caso de un hombre de 34 años, segundo de tres hijos (hermanas de 38 y 33 años), segundo matrimonio de papá, para la madre es su primer matrimonio, el padre actualmente tiene 80 años y la madre 65, ella es una mujer exageradamente sumisa, el padre muy autoritario, pero la relación familiar es funcional dentro de lo que cabe.

Este hombre trabaja en una pequeña empresa de su propiedad, es poco sociable, la relación con sus padres y hermanas es armónica, siempre ha tenido buena salud física, en un tiempo hizo deporte, dejó una carrera profesional trunca, no fuma, no bebe, y se considera un hombre noble, responsable y productivo y su motivo de consulta es: Ansiedad nerviosa y temor a la muerte.

El protagonista de este caso, tuvo su primer matrimonio hace 4 años, con una mujer de su edad, procrearon un hijo que hoy tiene 3 años. Se separan hace tres meses y medio, por incompatibilidad de caracteres, ella era muy posesiva y manipuladora con él, él trataba de adaptarse pero le resultó muy difícil el sometimiento en el que vivía con ella, llegan a un estado insostenible, y deciden separarse. El hijo se queda con ella, y el hombre conoce en esos mismos días a otra mujer de 28 años, con la cual empieza a salir, se convierten en pareja sexual, no viven juntos pero conviven diariamente, es decir, están juntos unas horas y después cada quien se va para su casa, es un acuerdo al que ellos han llegado y todo aparentemente funciona bien así, en amasiato.

A los 4 meses aprox. de vivir esta relación, él empieza a sentir mucha ansiedad, opresión en el pecho, dolor al respirar, nerviosismo, alteración, taquicardia, y un pavor a la muerte, el paciente siente que se va a morir y entra en pánico y sudoración constante, llegando al grado de no poder dormir ni soportar la oscuridad, no tolera alimentos, todo lo vomita o el estómago se le suelta en chorro. Esos episodios de ansiedad nerviosa, se repiten a raíz de que su "novia" adoptó la costumbre de estarlo buscando en su negocio cuando menos se los espera, o de estarle llamando por el celular cada media hora: "dónde estás", "qué estás haciendo", "Porqué no me has llamado", "a qué hora vas a venir", etc., como es normal el hombre se siente asfixiado con los celos enfermizos de la novia y vigilado las 24 horas del día. No tiene vida propia, ni ella le permite ir a ver a su hijo, se siente desplazada por ese cariño, no es buena la relación entre ella y su hijo.

En su relato atropellado, el hombre refiere amar a esa mujer, necesitarla y de cierta manera, acepta verbalmente que no sólo ella está dependiendo emocionalmente de él sino él de ella también, pero es una situación confusa para él, porque por un lado siente amarla pero por otro lado desearía no verla más cuando se siente asfixiado y manipulado por ella con chantajes sentimentales. Él ya no puede más, esta situación lo tiene bastante alterado, ya tiene varios días sin ir a trabajar, no siente deseos de aliñarse, se ha empezado a aislar, no quiere relacionarse con nadie ni salir ni hablar. Su madre y hermanas se dan cuenta de que algo no anda bien y le sugiere que vaya a ver a un médico, el cual le receta tranquilizantes, los cuales le sirven un poco, pero pasado el efecto, la ansiedad regresa cada vez con más fuerza, los nervios y el pánico a la muerte. Su vida se ha convertido en un verdadero infierno, de allí la sugerencia de las hermanas de que vaya a ver a un psicólogo.

Lo platica con su novia, aparentemente ella lo apoya en esa decisión, pero no cede en sus pretensiones de tenerlo bien "agarrado", las llamadas y mensajes siguen bombardeando su celular día y noche cuando no pueden verse y esto le provoca al paciente hasta náuseas. Es obvio que esa relación le resulta tóxica al paciente, pero veamos cómo se desarrolla la trama psíquica de este caso:

Asomémonos un poco a su historial de vida: Hijo de una mujer sumisa y padre autoritario que ya había tenido un primer matrimonio, no sabemos aún nada de ese otro primer matrimonio, pero sí de que su hermana mayor de 38 años, le lleva 4 años de diferencia, él tiene actualmente 34, es decir, fueron 4 años de diferencia entre un nacimiento y otro, y supuestamente en esos cuatro años, recibe una atención especial, único hijo varón y más pequeño de la familia, pero al cumplir 4 años, nace su hermanita al año y allí esa atención se desvía hacia la hermana que acaba de nacer, habría qué ver qué pasó allí, cómo lo tomó él, qué significó para él este acontecimiento en su vida, si dejó o no una marca psíquica.

Por otro lado, es observable que el patrón de la madre se repite en esa sumisión de carácter del paciente, es otra variable que también cuenta en este cuadro que se está analizando, y habría que investigar también qué elementos influyen para que se repita este patrón, quizá el carácter adusto del padre lo intimida, o la autoridad que la hermana mayor ejerce sobre él, o qué otra variante interviene allí.

Es evidente, que allí se está viviendo además, una doble pérdida que aún no se ha elaborado o trabajado: Quiérase o no, la separación de la primera esposa se puede considerar una pérdida en su vida, y también la del hijo, porque aunque lo frecuente periódicamente, el hijo ya no está viviendo bajo su mismo techo con él, entonces ese duelo no elaborado aún podría ser uno de los orígenes o causas de la ansiedad. Recuérdese que el paciente no se dio tiempo para asimilar lo sucedido, en cuanto se separó de la madre de su hijo, inició la segunda relación con la otra chica.

Esta segunda relación, de alguna manera resultaría un refugio para el paciente, y aparentemente el afecto de la nueva pareja, llenaría el vacío interior que deja la separación de su esposa. Así de simple parece, pero la realidad psíquica (o mejor dijéramos el mecanismo mental del paciente) no resulta ser tan simple a la postre, porque cuando nuestro paciente vuelve a vivir el mismo patrón de manipulación, autoritarismo y posesividad de su actual pareja, inmediatamente la asocia con la anterior, le recuerdan sus malos tratos, sus palabras insinuantes, sus exigencias desmedidas, sus celos enfermizos, y allí es donde surge un tercer elemento más, veamos:

Este tercer elemento, podría llamarse SENTIMIENTO DE CULPA, ¿Nuestro paciente se siente culpable de haber roto el hogar y haber dejado a su hijo?, ¿Se siente culpable de no haber sido lo suficientemente fuerte para controlar esa situación y arreglarla en vez de destruirla?, ¿O quizá se siente culpable por vivir esta otra nueva relación de manera tan liberal y sin bases sólidas? ¿Tendrá alguna implicación el hecho de que su padre también tuvo otro matrimonio y lo abandonó para iniciar una nueva vida?¿Hasta dónde puede llegar a repercutir el trato sumiso de la madre que de cierta manera hace sentir protegido al paciente? ¿Qué está pasando con la influencia de las hermanas? ¿O quizá se siente víctima de las circunstancias?, ¿O quizá sea remordimiento de conciencia porque no supo conservar a su hijo, cuando él deseaba ser un buen padre?, En todo caso habría que tratar la culpa sí; pero de manera separada.

Obvio es que al no haber elaborado a tiempo esas pérdidas ni haber trabajado sus culpas psíquicas, el paciente lo somatiza en ansiedad, es una especie de autocastigo, (retroflexión) (¿O profecía autocumplidora?) ¡Realmente se siente enfermo! y no desea comer ni puede dormir porque sus emociones se le han salido fuera de control con esta nueva situación que se le ha agregado, es decir, la situación que está viviendo con la novia absorbente y posesiva que no lo deja ni respirar, provocándole ese cuadro de ansiedad.

¿Qué estrategias de intervención serían recomendables para este caso?.

1.- En primer lugar, darnos cuenta de que la ansiedad no se le quitará por sí sola, se requiere de la búsqueda de los orígenes que la ocasionaron. Cuando se encuentran y se trabajan los motivos que producen la ansiedad, ésta desaparece.

2.- Entonces de primera entrada buscar un espacio para bajar la ansiedad, enseñando al paciente a establecer sus propios límites a través del afrontamiento de cada situación pero por separado.

3.- Explorar las pérdidas y cómo se afrontaron esas pérdidas, (o si no se afrontaron aún), incluso las pérdidas de su familia, cómo y en qué momento se pudieron haber establecido esas alianzas: En qué sentido hubo afectación, con qué persona, en qué momento, en qué circunstancia, etc.) No perder de vista todas las agravantes o limitaciones que se pudieron haber tenido también al respecto.

4.- Al realizar esa exploración, se deberá tomar en cuenta los sistemas de pensamiento del paciente, su sistema de creencias, qué significado tiene para él, tal o cual cosa, situación o persona, el cambio de pareja, revisar sentimientos de culpa por lo que está pasando y se está castigando.

5.- Hacer que recupere su integridad a través de la confrontación, la inclusión, el afecto y el control.

6.- Revisar sus bloqueos, y esos rasgos de hipocondria.

7.- Aplicar incluso algunas pruebas proyectivas como el D.F.H. (Dibujo de la figura humana) o el Dibujo de la familia., el T.A.T. (Test de Apercepción Temática), allí se podría recabar muchísima información que el paciente pudiera haber omitido verbalmente por descuido. Es importante checar el familiograma.

8.- El Terapeuta debe tener muy clara la estrategia de intervención, tener un excelente ojo clínico y observar qué cosas genera el paciente para sentirse la víctima principal, qué síntomas, qué reflejos muestra y qué indicadores nos está aportando no sólo en la información verbal que nos dé, sino también en el material gestual que pudiera aportarnos, entre los que se podría considerar; los movimientos oculares, los tics nerviosos, los ademanes, la posición corporal, etc.

9.- Recordemos que la finalidad de la terapia es que ya no se ocupe la misma. Entonces hacerle ver al paciente que la terapia sólo es un proceso que no va a durar para siempre y que debe irse visualizando sin la terapia, asumir actitudes confrontativas y hacerse responsable de su persona, irse calibrando a sí mismo, sobre todo cuando el paciente aún no está listo aún para abandonar la terapia.

El caso anterior, nos muestra claramente el riesgo que se corre cuando nos creemos tan fuertes, tan autosuficientes, tan autónomos y dejamos pasar las cosas como si nada hubiera ocurrido, sin pensar que así como llevamos el cuerpo físico para que lo cure el médico cuando nos enfermamos de una herida, así mismo es menester y de vital importancia cuidar nuestra salud mental, ya que la mente también se enferma señores, y hay que atenderla a tiempo antes de que el tiempo nos cobre su factura con este tipo de reacciones somáticas que realmente podrían haberse evitado a tiempo.

Prevención es vida, y a la vida, solamente podemos darle el valor que nosotros mismos queramos... ¡Ni un gramito más!

Hasta el próximo fin de semana amigos.
Ojalá se nos autorice publicar la revisión de casos de abuso sexual, tanto en adultos como en menores. ¿Por qué no?

Doral.

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