domingo, 27 de noviembre de 2011

Unidad VI, La Participación y el Compromiso en el Trabajo Comunitario

Unidad VI, La Participación
y el Compromiso en el Trabajo Comunitario
(Autor: Maritza Montero)


¿Qué es la participación?
Las palabras de uso común a veces tienen las definiciones más complejas. Ello se debe a que justamente por usarse habitualmente en la vida cotidiana, se enriquecen cada día con los múltiples significados que les otorgan las personas. En términos más técnicos, decimos que a la denotación, la definición o las definiciones "oficiales" que nos dan los diccionarios, se van a unir muchos otros sentidos, que llamamos connotaciones, construidos por la cultura en sus diversas formas. Eso pasa con el concepto de participación. Y como además se trata de un concepto clave para la psicología comunitaria, es necesario entonces precisar su uso en esta área del conocimiento.

Pero no es fácil encontrar una definición de participación. Y esto ocurre porque hay muchas, ya que se le ha definido desde muchas perspectivas. Así, se ha enfatizado a veces la perspectiva política: vía para alcanzar poder, para lograr desarrollo social o para ejercer la democracia; también se le considera desde el plano comunicacional; informar y ser informado, escuchar y ser escuchado; o a partir del nivel económico: compartir ciertos beneficios materiales, es decir; tener parte. Desde los puntos de vista mesocial y microsocial, se habla de proceso social y de procesos psicosociales mediante los cuales las personas se movilizan para la consecución de ciertos objetivos que les permiten satisfacer necesidades y producir cambios sociales.

En 1996, al analizar las connotaciones dadas a la acción de participar (Montero, 1996a:7) encontró al menos tres de carácter general, usadas tanto en el sentido común como en la investigación social, ellas eran:

1.- Ejecutar o estar involucrado en algún acto o fenómeno social en el cual otras personas están presentes de la misma manera.
2.- Hacer partícipes a terceros de hechos o acontecimientos; informarles o de alguna manera introducirlos en alguna forma de conocimiento o de acción que emana de la fuente informadora, y,
3.- Compartir con otras personas ciertas circunstancias y emociones.

Como se ha demostrado en el campo psicosocial comunitario, esa participación es una condición para el fortalecimiento y para la libertad. Entonces, desde la perspectiva comunitaria, por participación se entiende:

a).- La acción conjunta y libre de un grupo que comparte intereses y objetivos.
b).- Contextualización y relación con la historia de la comunidad y el momento o la coyuntura en que se realiza.
c).- Un proceso que implica la producción y el intercambio de conocimiento. Se intercambian consejos, recursos y servicios.
d).- Acción socializadora y concientizadora que transmite, comparte y modifica patrones de conducta.
e).- Colaboración. Es decir, labor compartida por el grupo en diferentes grados de intensidad e involucración.
f).- Correlación. Relaciones compartidas, ideas compartidas, recursos materiales y espirituales compartidos.
g).- Organizar, dirigir, tomar decisiones, efectuar acciones a fin de alcanzar las metas establecidas conjuntamente.
h).- Existencia de patrones democráticos de comunicación entre los participantes.
i).- Reflexividad. Es decir, la capacidad de evaluar críticamente el trabajo hecho.
j).- solidaridad.
k).- Diversos grados de compromiso con los proyectos comunitarios y sus objetivos.
l).- Generación y aceptación de una normatividad a fin de funcionar como grupo, y,
ll).- Dar y recibir. Se aporta y a la vez se es beneficiario de los aportes hechos por otros y, además, de la suma de todas las participaciones, etc.

Alcances y beneficios de la participación comunitaria:
La mayoría de los autores concuerda en que la participación comunitaria es beneficiosa para los individuos participantes, cuyo crecimiento personal se desarrolla positivamente (Montero, 1996a), para aquellos que reciben los beneficios de esa participación, para las instituciones respecto de las cuales es necesario decir que pueden ser ámbitos de participación o copartícipes en un plan externo a ellas, y para la sociedad (Clary y Snider, 2002)Ver, alcances de la participación comunitaria (Pág. 230)

Dificultades de la participación comunitaria:
Si bien el mayor problema que pueden enfrentar los psicólogos y los líderes comunitarios es la falta de participación de los miembros de una comunidad, también la propia participación implica dificultades que deben ser previstas y resueltas en el trabajo comunitario. La participación ha hecho que los psicólogos comunitarios estén conscientes de que no son ellos los únicos actores en la investigación y la acción comunitaria, necesaria lección de modestia recibida hace ya casi tres décadas y que ha moldeado el carácter de la subdisciplina. De tal condición, como ha sido enseñado por Paulo freire (1964), se deriva el reconocimiento de que en el trabajo comunitario coexisten diversos saberes, todos los cuales deben ser tomados en cuenta, pero como nos indica la experiencia, la admisión de tales condiciones no evita que la relación entre agentes externos e internos en la labor psicosocial comunitaria, esté libre de conflictos y problemas. Algunas de esas dificultades conciernen al compromiso y el conocimiento que puede manejarse en la comunidad.

La definición de compromiso:
Las palabras compromiso y comunidad casi siempre van unidas, sobre todo cuando se habla del trabajo comunitario. A menudo escuchamos que es necesario comprometerse con dicho trabajo, o con los objetivos y las metas de la comunidad. Las distinciones que entre los términos mencionados aparecen en la literatura anglosajona están presentes en la literatura castellana como características o elementos integradores del compromiso. Sin embargo, cabe hacer una distinción con el términos Voluntariado, ya mencionado, ya que su origen y acción parecen restringirse al ámbito individual, en tanto que el compromiso que aquí tratamos, se forma y expresa en las relaciones comunitarias. Sobre él, García Roca y Comes Ballester (1995;7), dicen que:

1.- Se ocupa "de los intereses de otras personas o de la sociedad"
2.- Carece "de interés económico personal"
3.- Se desarrolla "en un marco más o menos organizado", y,
4.- Es "Una elección libre y se expresa por medios pacíficos"

La autora Maritza Montero, también nos habla de el carácter motivador, crítico y valorativo del compromiso, cita a autores como: Plane y Sawaia (1991), Molano (1978) y Perdomo (1988), quien a su vez, nos habla este último, sobre los roles de los trabajadores comunitarios y de ciertos peligros ligados al mismo.

Maritza Montero nos habla además, sobre la relación que existe entre la participación y el compromiso, sobre los efectos del compromiso sobre el trabajo comunitario y porqué participar comprometidamente. Ella nos habla de algunas razones que serían las siguientes:

1.- Una primera razón sería de carácter egoista, es decir trabajar a favor de la comunidad pero obteniendo beneficios propios.

2.- Razones altruistas, destinadas a beneficiar a uno o más individuos. Estas razones estarían unidas a la empatía, es decir, "a sentimientos orientados hacia los otros congruentes con el bienestar percibido para otra persona" (Batson, 1991)

3.- El colectivismo: Servir a la comunidad para beneficiarla.

4.- Los principios: trabajar por la comunidad en función de principios éticos y morales tales como la justicia y la equidad o los derechos humanos.

Como podrá observarse, este es un tema bastante amplio y muy generoso que abarca detalles inimaginables en cada apartado. Información valiosa que ponemos a tu consideración amigo lector, si te interesa este tema, escríbenos y te lo enviaremos completo a la brevedad posible a tu correo personal. Nuestra dirección es: doralorama@gmail.com

Con mis respetos,
Doral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario