sábado, 29 de octubre de 2011

La Terapia Centrada en la Persona: Autor, Dr. Carl Rogers.

La Terapia Centrada en la Persona.
(Autor: Dr. Carl Rogers)

Hoy 29 de Octubre de 2011, continúa nuestro Módulo Clínico, en su V Sesión del programa establecido para el presente noveno semestre de la Licenciatura en Psicología, bajo la titularidad del Dr. Ulises Armenta López, quien inició hoy su clase de manera muy puntual como es su estilo y retomando la consigna para iniciar con exposiciones de los equipos en turno.

El Equipo No. 1, estuvo conformado por: Jimena Molina, Griselda Citlaly, Griselda Bernabé, Jaibert Cázarez, Jacaranda, Karely, y Pedro Ríos, quienes prepararon muy bien su tema a defender, que versó en la Terapia Centrada en la Persona del Dr. Carl Rogers, veamos:

Uno de los aspectos más interesantes de esta obra, a mi juicio es que el Dr. Carl R. Rogers, nos comparte abiertamente su técnica terapéutica de manera franca, sencilla y abierta, para que al facilitarnos el aprendizaje, también aprendamos a aplicarlo a nuestros pacientes o “clientes” como él llama a las personas que han acudido a su consultorio en busca de terapia.

En la introducción que el autor hace en su libro, explica que los trabajos que integran ese volumen fueron seleccionados entre el material de los diez años comprendidos entre 1951 y 1961. Explica además las razones por las cuales decidió reunirlos en un libro. La mayoría de estos trabajos versan sobre problemas que atañen a la vida del individuo en este mundo moderno tan lleno de sorpresas. De alguna manera y aunque en pequeña medida, han brindado mayor seguridad para decidir y realizar sus elecciones individuales, en su esfuerzo por lograr lo que se habían propuesto ser.

Entonces este libro no sólo sirve para profesionales de la psicología sino Para “Profanos inteligentes” que se interesen por la psicoterapia o el asesoramiento y que lleguen a descubrir que las enseñanzas que surgen de este campo puedan resultarles útiles en su propia vida. Y que además quizá, muchas personas que nunca han buscado apoyo en el asesoramiento, experimentarán mayor coraje y confianza en sí mismas al leer los resúmenes de entrevistas terapéuticas que encontrarán en este libro.

Otra razón que ha estimulado al Dr. Rogers a preparar este libro es la creciente cantidad y la urgencia de las consultas por parte de aquellos que ya están familiarizados con sus puntos de vista sobre el asesoramiento, la psicoterapia y las relaciones interpersonales.

Existe una última razón que impulsó al Carl Rogers a escribir este libro, un motivo que significa mucho para él. Se refiere a la enorme y desesperante necesidad de nuestro tiempo de poseer más conocimientos básicos y métodos más eficaces para manejar las tensiones en las relaciones humanas.

En la primera parte del libro: “Este soy yo” el Dr. Rogers nos habla a título personal sobre el desarrollo de su pensamiento profesional y de su filosofía personal:

Esta obra es la más conocida de Rogers, donde en uno de los apartados Rogers se interroga sobre los objetivos de la vida de una persona, porque cree que el psicólogo ha de tener en cuenta las siguientes preguntas: ¿Cuál es mi propósito en la vida?, ¿Porqué me estoy esforzando?, y ¿Cuáles son mis objetivos?

A lo largo de la historia se han dado respuestas muy diferentes a estas preguntas, y en la actualidad también nos encontramos con un repertorio de respuestas diversas. Rogers se inclina por la de un filósofo: Kierkeegard, quien decía que el objetivo de la vida de una persona es ser la persona que realmente es. El sentido de esta expresión puede parecer evidente, pero Rogers observa que las personas no son siempre aquello o aquellas que realmente son, sino que a veces siguen otros caminos, patrones o modelos.

A través de su experiencia con pacientes, que él llama “clientes” y, también a partir de su experiencia personal, intenta explicar el significado de esta frase definiendo cuáles son las conductas de las personas que son realmente ellas mismas. Los puntos son los que he mencionado anteriormente.

Todo este camino, desde que se dejan de utilizar máscaras, hasta que se confía en uno mismo, es el proceso que una persona sigue para conseguir ser lo que realmente es. Una vez conseguida esta identidad, la persona goza realmente de libertad y dispone de una orientación vital satisfactoria.

El proceso también tiene consecuencias positivas en la aceptación de los otros. Según Rogers, la persona que se arriesga a iniciar este proceso es una persona sensible, abierta, realista, orientada hacia su interior y que se adapta con valor e imaginación a las situaciones cambiantes del exterior. Este modelo se puede relacionar con el de la persona auto-realizada de Maslow.

También hay que advertir que el hecho de seguir este proceso es difícil y que tampoco hay un final, sino que se trata de una manera de enfocar la vida. Rogers propone este modelo de vida a cualquier persona, tanto si está sana, como si tiene problemas psíquicos.

Es conveniente analizar brevemente lo que significa cada etapa del proceso de convertirse en persona:

♣ DEJAR DE UTILIZAR MASCARAS:
Significa no aparentar una cosa que no eres. Según Rogers, gastamos muchas energías disfrazando nuestra verdadera personalidad. En la clase, por ejemplo, seguro que intentamos parecer mucho más adultos, seguros, violentos, despreocupados, etc., de lo que realmente somos. Uno mismo es quien sabe mejor como es, pero el hecho de quitarse la máscara, de salir de la fachada que nos oculta como somos realmente, atemoriza, y por eso preferimos ocultarnos.

♣ DEJAR DE SENTIR LOS DEBERIA:
La conducta de las personas está marcada por muchos elementos: Uno de ellos son las normas que nos dan nuestros padres, la autoridad social, la presión social, etc.

Hay un momento en que estas normas están tan interiorizadas, nos marcan de tal modo, que las seguimos aunque no queramos seguirlas. Es decir, hacemos las cosas porque nos han dicho: "debes de hacerlo" y no porque realmente queramos hacerlo o creamos que es la manera más adecuada de hacerlo.

Un ejemplo claro de esto, podría ser la relación que mantenemos con nuestros padres. Ellos, con sus recomendaciones, sugerencias y ordenes, intentan, con toda la buena voluntad del mundo ponernos en el buen camino. Y nosotros, en cuanto no seguimos alguno de estos planteamientos, tenemos mala conciencia. Nos avergonzamos de nosotros mismos por no haber atendido a sus consejos... El hecho de cambiar esta forma de hacer y dejar de seguir los debería es una fase fundamental del proceso.

♣ DEJAR DE SATISFACER EXPECTATIVAS IMPUESTAS:
La psicología actual nos dice que tendemos a hacer aquello que hacen los otros. El grado de conformismo es creciente en nuestras sociedades. Nuestra cultura pretende que los individuos sigan unos patrones, unos modelos y cumplan determinadas expectativas.

La consecuencia es que las personas viven de acuerdo con valores que los otros han fijado pero que tal vez no sean nada significativos para ellas. Por ejemplo: Una expectativa social de un estudiante de secundaria es que vaya a la universidad, que tenga un trabajo de prestigio, forme una familia y gane mucho dinero. Pero tal vez una persona, al acabar la secundaria, prefiera viajar por el mundo, o dedicarse a una actividad de voluntariado en alguna institución, o retirarse a una granja en el campo para dedicarse al cultivo biológico, etc.

♣ DEJAR DE ESFORZARSE PARA AGRADAR A LOS DEMAS:
Muchas personas se han educado y se han formado intentando siempre agradar a los demás y con el miedo permanente a recibir una crítica o una censura por parte de los otros. Esta conducta los ha llevado a comportarse de manera opuesta a lo que realmente querían hacer. Las personas que realmente son libres, que se han aceptado a sí mismas, dejan de intentar hacer las cosas en función de los otros y no modifican su conducta con el único propósito de agradar a los demás.

Un ejemplo de esta actitud es la conducta de algunos chicos o chicas que orientan su vida única y exclusivamente en función de una pareja. Su apariencia externa, vestuario, diversiones, peinados, su sexualidad, sus estudios, su profesión..., todo gira en torno a otra persona y se niegan a sí mismos. Un primer síntoma de crecimiento personal es el hecho de detectar aquello que no quieres ser.

♣ COMENZAR A AUTO-ORIENTARSE:
Significa que las personas adquieren autonomía y aprenden a escoger sus objetivos ellas solas, se vuelven responsables de sí mismas y deciden qué comportamientos son importantes y cuáles no lo son. Esta autonomía, ligada al aumento de la autoestima, genera miedo y desconfianza, no es un camino alegre que se siga despreocupadamente. Es verdad que la libertad, como ya comentó Fromm, engendra miedo, pero la falta de autonomía genera dolor.

♣ COMENZAR A SER UN PROCESO:
Las personas que se aceptan a sí mismas, empiezan a notar que entran en un proceso constante de cambio y que no les molesta esta sensación de ir modificando su percepción de las cosas y de sí mismas. No se esfuerzan por llegar a estados definitivos o conclusiones, y están satisfechas con estos cambios continuos. Uno de los clientes de Rogers llegó a decirle lo siguiente "No cabe duda que las cosas están cambiando, ya que no puedo prever ni mi propia conducta...A veces me quedo sorprendido de las cosas que he dicho... Es una aventura... Me está empezando a gustar".

♣ COMENZAR A ACEPTAR LA PROPIA COMPLEJIDAD:
La experiencia de este estilo de cambios implica aceptar la propia complejidad. Las personas no somos buenas o malas, activas o perezosas, solidarias o egoístas, sino que somos un poco de todas esas cosas al mismo tiempo. Somos seres contradictorios. Se trata de no reducir la variedad de la propia personalidad a un sólo rasgo, y de comenzar a percibir la pluralidad de yoes que oculta uno mismo.

♣ COMENZAR A ABRIRSE A LA EXPERIENCIA:
Ser la persona que uno realmente es, implica también otras cosas. Una de ellas es que el individuo empieza a vivir una relación franca, amistosa e intima con su propia experiencia. Esta aceptación de los propios sentimientos y emociones no es fácil y a menudo la persona se niega a asumirla. Pero el hecho de manifestarse tal como uno es, realmente hace que descubramos una gama de sentimientos que desconocíamos. Esta actitud de apertura a la experiencia personal y también de aceptación de la realidad, es similar a la percepción del mundo que tiene la persona auto-realizada.

En palabras de Maslow: "Las personas que se auto-realizan tienen la maravillosa capacidad de apreciar una y otra vez, de manera fresca e ingenua, las bondades básicas de la vida con temor, placer e incluso éxtasis, independientemente de lo negativas que parezcan estas experiencias a ojos de otras personas".

♣ COMENZAR A ACEPTAR A LOS OTROS:
Todo el mundo habrá oído alguna vez que no se puede estar bien con nadie si no se empieza por aceptarse uno mismo. A medida que aceptamos nuestra experiencia, estamos más capacitados para recibir las cosas que nos proponen los otros. Tan importante es aprender a decir que no, a dejar de seguir los debería, como saber decir que sí, y aceptar a los otros, su forma de hacer las cosas y de ver la realidad. Una persona que se auto-realiza adopta una actitud cierta hacia los otros, apreciando y observando las cosas tal como son, con sus peculiaridades.

♣ COMENZAR A CONFIAR EN SI MISMAS:
Comenzar a aceptar nuestra propia forma de ser nos dará tranquilidad y confianza. No hay nada mejor para empezar un trabajo que saber con qué cuentas; es necesario, pues, medir nuestras fuerzas oportunamente. La confianza en uno mismo explica también la conducta de las personas creativas, que confían en su propia manera de hacer las cosas al margen de lo que diga la sociedad. Algunos ejemplos de esto son personajes como el Greco, que pintaba de una manera personal muy diferente al estilo de su época, o Einstein, que no estaba suficientemente preparado en física pero siguió con sus investigaciones como creía honestamente que debía hacerlo. De hecho, todas las personas, en general, pueden ser más creativas si tienen confianza en sí mismas y desarrollan sus sentimientos y valores internos.

¿Interesante verdad?, y bueno... ¡Pues a ponerlo en práctica! ¿No?

Con mis respetos,
Doral.

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