sábado, 1 de octubre de 2011

Dificultades Ligadas a Retrazo Mental y del Desarrollo



Dificultades Ligadas a Retraso Mental y del Desarrollo
(Autores: José Luis Arco Tirado y,
Antonio Fernández Castillo)


DEFINICIONES Y TERMINOS:
Contextualización del retraso mental (RM)


A lo largo de la historia, los distintos enfoques y maneras de entender y abordar el fenómeno del RM, han variado de manera sorprendente. Estos cambios han oscilado desde las primeras concepciones de finales del siglo XIX basadas en el carácter endógeno e inmutable del problema, hasta las aproximaciones actuales basadas en la modificabilidad del mismo, dependiendo de la cantidad, calidad y funcionalidad de interacciones familiares, educativas y sociales a las que el individuo tiene acceso.

Por lo que en el presente, a diferencia de hace tan sólo unas décadas, entre los profesionales de la salud y la educación, domina el optimismo respecto a las expectativas de desarrollo intelectual, emocional y social de sujetos afectados por esta condición.

Durante el largo siglo que ha costado este cambio de actitudes y expectativas, los niños han sido etiquetados de múltiples maneras: "idiota", "imbécil", "Morón", "oligofrénico", "subnormal educable severo", "subnormal educable ligero", "débilmente", "disminuido", "retardado en el desarrollo", "deficiente mental", "inmaduro evolutivo", "retrasado mental", "retrasado madurativo", "con dificultades de aprendizaje permanentes", entre otros.

Estas acepciones se han ido acuñando en correspondencia con el enfoque psicológico dominante de la época en la que nos situemos. Por ejemplo, durante el primer tercio del siglo XX, apoyada por la medicina, la psicometría, con Binet a la cabeza, elabora (por razones bélicas más que científicas, por cierto) estrategias e instrumentos, dirigidos a la medición y clasificación de la población respecto a la dimensión Inteligencia.

En este sentido, la nomenclatura que utilizaron como "subnormal severo" o " subnormal educable" por ejemplo, podemos considerarla precursora de las categorías actuales de "deficiencia mental profunda", "severa", "moderada" o "ligera", con la que se clasifica a los sujetos que presentan RM (Retraso Mental).

En nuestro país, el autor Puig de la Bellacasa (1990) habla de la "evolución" que han seguido los distintos enfoques a la hora de abordar el fenómeno. En este sentido, identifica el modelo llamado tradicional (asociado a una visión animista), el modelo de la rehabilitación (dominado por la intervención médico-profesional sobre el sujeto) y el modelo de autonomía personal (focalizado en conseguir para el sujeto una vida independiente).

Refiriéndose a esta misma cuestión, otro autor, Casado (1991), propone cuatro etapas: La integración utilitaria (se acepta a los sujetos con deficiencias "con resignación providencialista o fatalita"), la exclusión aniquiladora (al sujeto se le encierra y oculta en el hogar), la atención especializada y tecnificada (dominan los servicios y los agentes especializados sobre los usuarios) y la accesibilidad (principio de "normalización", donde estas personas tienen derecho a una vida tan normal como los demás).

Ambos autores advierten sobre la coexistencia y el solapamiento en la sociedad, a lo largo del tiempo, de estas distintas formas sociales de percibir y responder al fenómeno, y de que la prevalencia de unas sobre otros su alternancia han estado igualmente a expensas del avance tímido y desatiempo de este y otros fenómenos asociados a la educación y a la salud mental.

Una segunda idea que pretendemos resaltar en esta breve introducción al tema, tiene que ver con la diversidad de enfoques sobre el RM, que en la actualidad conviven en el mismo escenario de la evaluación e intervención social y educativa. Desde el modelo Psicométrico de principio de siglo, mencionado antes, hasta los modelos evolutivos actuales, pasando por los modelos conductuales, la manera de entender y responder a este fenómeno ha experimentado un verdadero y esperanzador giro copernicano en el último tercio del siglo pasado.

Efectivamente, aún cuando se mantiene la medida de CI (Coeficiente Intelectual), como un indicador orientativo más del conjunto de variables sobre las que se obtiene información, la evaluación e intervención clínica y educativa se dirige actualmente a la identificación de áreas de desarrollo, habilidades adaptativas y recursos presentes o ausentes tanto en el sujeto mismo como en el entorno educativo (incluyendo la familia), en el que éste crece, aprende y , por extensión, se desarrolla.

Distintas visiones de este enfoque teórico genérico son las que han fundamentado el reguero de reformas educativas llevadas a cabo en nuestro país, en los últimos treinta años, incluía la última de ellas, la LOGSE. Y todo ello es consecuencia de la evolución convergente que han experimentado las teorías sobre el desarrollo y aprendizaje humano (Fernández, 2001).

En este sentido podemos constatar en la actualidad la coexistencia de modelos teóricos cognitivos y de procesamiento de la información de carácter evolutivo, que nos permiten explicar y comprender en mayor medida la conducta social y académica de los alumnos (por ejemplo, el modelo de desarrollo cognitivo de L.S. Vygotsky) con los modelos contextualistas recientes, herederos de la tradición conductista, orientados a la intervención educativa, y que nos ofrecen una visión más comprehensiva, funcional y pragmática de la realidad en la que dichos comportamientos se insertan.

Vamos a dejar hasta aquí, pero si deseas conocer las perspectivas psicométrica, evolutiva y conductiva-funcional, así como también los sistemas clasificatorios y otros factores como los causales asociados, tales como: Los factores biológicos, ambientales y psicológicos, escríbenos, el tema es muy amplio y demasiado generoso y nos gustaría compartir contigo amable lector, también todo lo relacionado con las características que presentan los sujetos con retraso mental y los tipos de evaluaciones que al respecto se pueden hacer y cómo intervenir, etc.

Conoces la dirección de este sitio, doralorama@gmail.com escríbenos y responderemos a la mayor brevedad posible para que tengas este valioso material pronto en tus manos.

Mis respetos,
Doral.

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