domingo, 24 de julio de 2011

El psicoanalista frente a la catástrofe

El psicoanalista frente a la catástrofe.
(Autor: Juan Tubert Oklander)

El psicoanalista es, entre todas las psicoterapias, la que más requiere de un entorno estable para su realización satisfactoria. Un psicoanalista queno practique otras formas de terapia, suele trabajar con un número reducido de pacientes, a los que atiende durante años, con uan frecuencia elevada de sesiones (de tres a cinco por semana).

La actitud y recursos de la terapia breve y de emergencia, entran en conflicto con los objetivos del psicoanálisis, respetuoso de los principios intrínsecos del desarrollode la personalidad. Los psicoanalistas no son con frecuencia los más idóneos para la práctica de terapias breves, esto se debe a: La deformación profesional, a que pierde la capacidad de respuesta rápida, ya que este tipo de profesión atrae personalidades reflexivas y no a personalidades de acción.

La lentitud y extremada duración del proceso analítico, lo torna poco poco adecuado para responder a las necesidades terapéuticas urgentes. Un psicoanalista dedica una parte significativa de su tiempo a la práctica de otras formas de psicoterapia analítica incluyendo el análisis grupal.

La mayoría de los psicoanalistas eligen cuidadosamente a sus pacientes y organizan su ámbito de trabajo y su vida, de tal forma que les permita preservar las condiciones de estabilidad y constancia.

Pero siendo la vida como es, es inevitable que muchos de los pacientes atraviesen, en el curso de un análisis de varios años de duración, por situaciones de crisis, como por ejemplo los que vivieron el terremoto, o movimiento telúrico o sismo, o como quiera que le quieran llamar, en el año de 1985, en la ciudad de México, D.F., capital de la república mexicana.

Existen, sin embargo situaciones críticas de tal magnitud, que la mayoría de los psicoanalistas coincidirían en reconocer que imposibilitan el trabajo analítico y que obligan a su interrupción en el momento de crisis, para reanudarlos cuando ya ha pasado el caos.

Ante una catástrofe por ejemplo: ¿Qué es lo que corresponde hacer en estos casos?. Algunos psicoanalistas adoptan una actitud expectante y esperan a que amaine la tormenta, para recomenzar el análisis o incluso interrumpen el tratamiento, para dar la oportunidad de que un psiquiatra se haga cargo. Otros en cambio, coinciben su función como la de actuar ellos mismos con otras modalidades terapéuticas durante los períodos de interrupción del trabajo terapéutico, ante la presión de las circunstancias.

Cualquiera que sea la actitud habitual que adopte un psicoanalista ante la crisis de sus pacientes, ésta es diferente de la que se aplica ante sus propias crisis vitales. A veces lo logran, pero cuando la magnitud de la crisis personal impide al analista preservar su actitud profesional, prefiere interrumpir su trabajo, hasta que haya condiciones más favorables.

¿PERO QUÉ OCURRE CUANDO LA SITUACIÓN QUE ES CRITICA PARA EL PACIENTE, LO ES TAMBIEN PARA EL ANALISTA?

En casos de catástrofes como en el Sismo de 1985 en México, un psicoanalista primero debe reaccionar como persona, después como terapeuta y al último como miembro de la comunidad.
El psicoanalista también siente miedo del sismo, y una vez que pasó, los psicoanalistas de Cd. de México, reaccionaron como suelen hacer los habitantes de las zonas sísmicas.

SI BIEN ES DIFICIL VALORAR CÓMO REACCIONARON LOS PSICOANALISTAS EN GENERAL ANTE LOS SISMOS; la impresión del autor de este (libro, capítulo) es que tardaron más que otras personas en valorar lo que estaba pasando y que una vez que se dieron cuenta de lo que pasaba, tardaron más en reaccionar. Si esta percepción es cierta, se le atribuye a las condiciones en que el psicoanalista realiza su trabajo.

Muchísima más información en el capítulo completo donde vienen casos de la vida real, datos levantados por el autor y otros psicoanalistas, durante sus vivencias propias y experiencias directas que tuvieron con sus pacientes y con la comunidad damnificada a quienes atendieron durante el proceso de reconstrucción del más devastador Sismo que se vivió en México, durante el siglo XX.

Si te interesa esta información, te la enviaremos completa con mucho gusto, sólo tienes que escribirnos y a la brevedad posible la recibirás en tu correo personal.





Con mis respetos,
Doral.

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