jueves, 28 de julio de 2011

Los Efectos terapéuticos rápidos. (Primera Parte)

Los efectos terapéuticos rápidos, primera parte.
(Autores: Jacques Alain Miller y Pierre Gilles Guéguen)

La Conversación Clínica de los días 12 y 13 de febrero del 2005 en Barcelona, convocada bajo el tema general "Efectos terapéuticos rápidos". La ocasión de esta Conversación fue excepcional, en primer lugar, por la calidad y la oportunidad de los casos presentados, así como por la precisión y la brillantez de los comentarios de nuestros invitados, Jacques-Alain Miller y Pierre Gilles Guéguen (Presidente de la Escuela Europea de Psicoanálisis.

Fue en la serie de conversaciones realizadas un acontecimiento muy especial, de aquellos que quedan en la memoria como un momento de reflexión decisivo para el futuro del psicoanálisis. La dimensión clínica y política de la Conversación se hace más manifiesta en la medida en que los casos presentados en ella son fruto de una nueva experiencia: Las instituciones creadas por las Escuelas de orientación lacaniana en diversos lugares del mundo.

Es en esa coyuntura que la Conversación de Barcelona, desde la particularidad del caso por caso tratado por el psicoanálisis, puso sobre la mesa la imporotancia de la dimensión clínica y la dimensión política del síntoma argumentadas desde la orientación lacaniana.

Algunas instituciones llevan adelante, hace ya tiempo, una fecunda experiencia como R13, o Le Courtil, lugares donde se forman practicantes de diversos países y que hacen presente la institución en la clínica desde su propia orientación.

Es un punto del que, gracias a cierta combinación de los astros en el universo del síntoma del sujeto "post-humano", para tomar la expresión de J.A. Miller, podemos extraer secuencias éticas al respecto. Otra circunstancia ha convertido en excepcional esta Conversación, la coyuntura en la que se ha encontrado el psicoanálisis desde hace muchos años ante el ataque realizado por los evaluadores.

El 5 de febrero, una semana antes de la Conversación, se había realizado el Forum, en el que el ministro francés de la salud, Philippe Douste-Blazy, lanzó su nueva politica con la frase: "El sufrimiento psíquico no es evaluable ni mesurable", en un movimiento que se mostró a contracorriente de su propia administración.

El lector de este volumen comprobará cómo puede deducirse una política del síntoma desde el rasgo más particular del caso clínico y argumentarse entonces le valor terapéutico del psicoanálisis de otro modo que con los falsos protocolos de cruces anónimas.

En una asamblea de más de doscientos practicantes venidos de todos los lugares de España se discutieron seis casos con la participación muy activa de Jacques-Alain Miller, y en el estilo de la Conversación que se practica tan a gusto en España, es decir, con las aportaciones cruzadas y apasionadas que profundizan lo que podemos llamar un modo lacaniano de evaluación de nuestra práctica. (Nadie supone que los resultados del psicoanálisis no pueden ser evaluados.

No es el punto de vista de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) ni de las Escuelas que la componen. Pero hace falta que esta evaluación se haga de otra forma, con otros criterios epistémicos que los de la evaluatín culture de la que provienen las terapias cognitivo-comportamentales así como la empresa monstruosa que ha dado a luz al Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM)

¡Estos métodos "evaluadores" utilizan el instrumento estadístico con la pretensión de dar gradaciones objetivas del sufrimiento humano!

Se apoyan en los métodos niveladores y dogmáticos del marketing para hacer compatible el desamparo con el atiborramiento de medicamentos, con frecuencia los menos indicados para aliviar a los pacientes, a veces con consecuencias desastrosas, pero siempre para hacerlos callar, o para ir lo más rápido posible y supuestamente, de forma más rentable, cosa que quede por demostrar.

Si por el contrario, examinamos nuestros métodos, tal como se exponen in vivo en esta obra, asistimos en su propio progreso a la puerta en marcha de un proceso de evaluación totalmente opuesto a la chatura operada por los tratamientos estadísticos de datos y que, sin embargo, responde a una lógica impecable cuyo rigor es perfectamente convincente.

LACAN LO INDICABA SEÑALANDO QUE NO SOLÍA PRESENTAR CASOS DE SU PRÁCTICA PERO QUE, CUANDO LO HACÍA, LOS LLEVABA A LA CONDICIÓN DE PARA DIGMA.

Nuestro método es, tal como se verá, un método consecuencialista. Procura, en el clima de acogida de la palabra propia del dispositivo analítico que reposa en la confianza del paciente – nunca en la dirección de su vida en nombre de un ideal de normalización- desanudar lo que condujo a quien sufre a un callejón sin salida que le cierra el horizonte de su vida y del que busca salir.

No se trata de refutar los fenómenos. Por el contrario nuestra episteme se apoya en lo que se percibe por el hecho de que está en las palabras del paciente. Retoma por este sesgo la tradición de las observaciones ajustadas que hicieron honor a la psiquiatría de antes del DSM.

Pero a la inversa de los métodos de la estadística, lleva el caso y su particularidad a su límite extremo por un proceso de reducción que hace pasar la percepción el concepto, el fenómeno al matema. Conduce así a lo que hay de más transmisible y de universalizable en un caso dado, buscando paradójicamente que sobresalga lo que tiene de más particular.

Si deseas saber más sobre este tema, por favor escríbenos y devolveremos a vuelta de tu correo personal el artículo completo en versión de power point y también en versión de word.




Con mis respetos,

Doral.

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